El movimiento natural es uno de los secretos clave para una vida larga y saludable en las zonas azules. Ya hemos comentado anteriormente la influencia de la alimentación o relaciones sociales, pero además, es la forma en la que integran el ejercicio físico en su rutina diaria y manejan el estrés de forma efectiva.
A diferencia de los regímenes de entrenamiento intensivo que se suelen recomendar hoy en día, las personas en estas regiones incorporan el movimiento físico de manera natural, a través de sus actividades cotidianas. Además, las prácticas de reducción de estrés, como la meditación o las siestas, son fundamentales para mantener el equilibrio mental y físico.
En este artículo, exploraremos cómo el ejercicio físico y la gestión del estrés están presentes en las zonas azules y cómo podemos adoptar estos hábitos en nuestra vida diaria, al tiempo que conectamos estos principios con la propuesta de vida activa y saludable del proyecto Diakos.
Movimiento natural: La clave para un cuerpo activo
En las zonas azules, el ejercicio físico no consiste en ir al gimnasio o realizar entrenamientos intensivos. En cambio, las personas se mantienen activas a lo largo del día mediante el «movimiento natural», es decir, actividades físicas ligeras que forman parte de su vida diaria. Estas tareas incluyen caminar largas distancias, jardinería, cuidar de los animales o subir colinas. En lugares como Cerdeña o Icaria, la topografía montañosa invita a caminar, y en Okinawa, las personas suelen sentarse en el suelo y levantarse repetidamente, lo que fortalece sus músculos y mantiene su flexibilidad.
Este tipo de actividad física constante y moderada contribuye a una mejor salud cardiovascular, mantiene el peso corporal adecuado y ayuda a prevenir problemas como la osteoporosis. En Diakos, vamos a fomentar un estilo de vida similar, ofreciendo a sus residentes un entorno natural que invite a caminar, a realizar actividades al aire libre y a participar en tareas que promuevan el movimiento de forma orgánica.
Ejemplos de tareas que implican movimiento natural
Incorporar el ejercicio físico de manera natural en nuestro día a día no es complicado, y las zonas azules nos brindan excelentes ejemplos:
Caminar a diario:
En todas las zonas azules, caminar es una actividad fundamental. Ya sea para desplazarse o como parte de la rutina diaria, caminar fortalece el sistema cardiovascular, mejora la salud mental y ayuda a mantener la movilidad en la vejez.
Jardinería:
En lugares como Nicoya, Costa Rica, y Okinawa, la jardinería es una práctica común que no solo proporciona alimentos frescos, sino que también implica ejercicio físico moderado, como agacharse, cavar y transportar herramientas.
Tareas domésticas:
En Icaria, Grecia, y Cerdeña, los habitantes mayores realizan tareas domésticas a diario, como cocinar, limpiar y trabajar en sus huertos, lo que les permite mantenerse activos sin necesidad de un gimnasio.
Trabajo manual:
En muchas zonas azules, las personas mayores siguen trabajando en el campo o en actividades manuales ligeras, lo que les permite mantenerse en forma mientras realizan labores productivas.
Incorporar más de estas actividades en nuestro día a día puede tener un impacto positivo en nuestra salud. En Diakos, los residentes tienen acceso a áreas verdes y espacios compartidos que promueven este tipo de movimiento natural, haciendo del ejercicio una parte integral de la vida comunitaria(Contexto DIAKOS).
Estrategias para reducir el estrés
El estrés crónico es uno de los factores más dañinos para la salud a largo plazo, y en las zonas azules, las personas han desarrollado estrategias efectivas para manejarlo. La capacidad para relajarse y reducir el estrés está profundamente integrada en sus rutinas diarias, lo que contribuye a una mayor longevidad.
Siestas y descanso
En Icaria y Cerdeña, las siestas son una práctica común. Estos descansos breves durante el día no solo ayudan a reducir el estrés, sino que también mejoran la memoria y reducen el riesgo de enfermedades cardíacas. Descansar durante 20 a 30 minutos por la tarde puede ser una estrategia efectiva para reponer energías y mantener el cuerpo saludable.
Meditación y espiritualidad
En Okinawa y Loma Linda, California, las prácticas espirituales y de meditación son esenciales para el bienestar. Los habitantes de Okinawa suelen practicar Tai Chi, una forma de ejercicio suave que combina movimientos lentos con meditación. Los adventistas de Loma Linda, por su parte, utilizan la oración y la reflexión como formas de reducir el estrés y aumentar el bienestar emocional.
Conexión con la naturaleza
Pasar tiempo al aire libre es otra forma común de relajarse en las zonas azules. Estar en contacto con la naturaleza reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y promueve una sensación de bienestar. En Diakos, los residentes pueden disfrutar de amplios espacios verdes y jardines donde relajarse y reconectar con el entorno natural, un entorno que favorece el descanso y la tranquilidad(Contexto DIAKOS).
Consejos para incorporar más movimiento y menos estrés en tu vida diaria
Adoptar las lecciones de las zonas azules puede mejorar nuestra salud y bienestar. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos:
Incorpora el movimiento natural: Evita pasar largos periodos sentado. Haz pequeñas pausas para caminar, subir escaleras o hacer tareas domésticas. No es necesario seguir una rutina de ejercicio intensiva; lo importante es moverse constantemente a lo largo del día.
Tómate un descanso al mediodía: Si puedes, haz una pequeña siesta o simplemente descansa durante unos minutos. Esto te ayudará a recuperar energía y a reducir los niveles de estrés.
Practica la meditación o la respiración profunda: Dedica unos minutos cada día a respirar profundamente o a meditar. Estas prácticas no solo te ayudarán a relajarte, sino que también mejorarán tu concentración y bienestar emocional.
Pasa más tiempo al aire libre: Da paseos por parques, jardines o cualquier espacio verde cerca de ti. La naturaleza tiene un efecto calmante que puede mejorar tu estado de ánimo y reducir el estrés.
Conclusión
El ejercicio físico no tiene por qué ser complicado ni agotador. En las zonas azules, el movimiento forma parte de la vida diaria, y esa actividad constante, combinada con una buena gestión del estrés, es clave para la longevidad.
El proyecto Diakos se ha diseñado basándose en muchos de los elementos que favorecen la longevidad en las zonas azules. Por ejemplo, el diseño del entorno se ha pensado para facilitar a los residentes que puedan moverse de manera natural y disfrutar de prácticas que reducen el estrés.
Si quieres más información sobre nuestro proyecto, contáctanos o descárgate el dosier.